Desde el otro lado del mar,
quizas en un abismo,
o en un puente que no me animo a cruzar,
sentada en un arbol,
consumiendo lo poco que queda de aire y de sol,
o acostada en la noche con un poco de tos,
un camino de tierra lleno de piedras,
o una calle de ciudad llena de caras que voy a olvidar,
pestañeo,
abrazo lo que tengo,
caminar derecho,
crecer,
no esperar nada para ser.
Sonrisa hermosa, carácter fuerte, ojos verdes.
Risa constante, dramático, ojos marrones.
Extraño, piel suave, ojos marrones.
Pensamientos paralelos, tranquilidad, ojos celestes.






Hay algo en el que hace que se despierte algo en mi, nose que sea o como funcione exactamente, pero mirarlo, mirarlo en serio después de tanto tiempo me recordó como me sentí esos últimos 5 meses, había olvidado lo que era tener un nudo en la garganta y no poder llorar, había olvidado lo linda que era su sonrisa y hasta había olvidado como se sentían sus manos en mi cintura.
También había olvidado sus besos y todavía pese a haberlo besado de nuevo no los recuerdo.
No recuerdo como era besarlo antes pero si recuerdo como se sintió besarlo esta ultima vez.
Hubieron besos y besos, y más arriba de todos esos estaban los nuestros.
Era como gritarnos lo mucho que nos necesitábamos sin ni una palabra, de verdad bastaba solo con las miradas, si quedaba algo para decirnos esta noche lo hicimos.
Por un rato volvimos a ser nosotros, que bien me hizo extrañarte y poder abrazarte o besarte o solo mirarte, sentirte y saber que en ese momento estabas conmigo.
No lloré, no lloré en frente tuyo aunque tenía muchas ganas de hacerlo, no lloré porque me alcanzaba sentir tu mano y mi mano juntas, y porque si lloraba tal vez podrías haber malinterpretado todo y creer que yo estaba triste o incomoda o hasta que odiaba el hecho de que me beses y estar con vos de nuevo un sábado a la madrugada.
No lloré porque la sonrisa que tenía dibujada aun sin darme cuenta era más fuerte que cualquier nudo en la garganta.
No lloré en frente tuyo pero si lloré, lloré subiendo las escaleras, llore sentada frente a la puerta y lloraba como si algo malo hubiese pasado, pero me sentía tan feliz y contenta, tan plena y lloré porque sabia que no iba a volverme a sentir así, o por lo menos ya no por vos.

Creo que lloré todo lo que tenía para llorar porque ahora solo me salé sonreír y pensar que de todas mis despedidas la tuya fue la más linda.


Escrito un Sábado 1 de Diciembre del 2013
Vos sos simplemente lo que cualquiera puede llegar a querer, imperfecto por donde te mire y tan bonito a la vez, un golpe de frío que te hace reaccionar, un poco de luz que indica que estamos llegando a algún lugar, escuchar tu voz en una canción, imaginarte tan simple y tan mío, un te quiero no cuesta nada pero querer cuesta ganas, y si supieras cuanto te quiero sentirías lastima.. Que tan frágil me veo? Que tan frágiles somos y que tan fuertes podemos llegar a ser? vos sos simplemente lo que cualquiera puede llegar a querer, porque tenes todo lo que no pido y sabes hacerme sentir bien.
Su alma se alejaba de esa alma,
que al fin y al cabo nunca le perteneció,
y su alma lloro como lloran las almas cuando se parten,
la paz que había encontrado se desvaneció,
esa otra alma se la llevo,
un cuerpo vivo sin motivo,
ojos cansados sin color,
¿que es mi boca sin tu boca?
un río sin agua, 
un bosque sin arboles,
una noche de invierno sin estrellas,
mi cama sin vos,
mi alma separa de tu alma,
mi paz perdida en algún lugar de tu cuerpo,
¿que es mi tristeza sin tu tristeza?
un café frío,
una resaca del corazón,
eso sos,
y te quiero de vuelta
y te espera mi alma donde siempre,
en cualquier lugar donde te sientas triste y vació.
Lloro un poco, 
y pensó ¡que loco! llorar por amor,
se sentía de una extraña manera,
algo dolía pero igual sonreía,
parte de querer es sufrir le decían,
ella quería y sufría mirando el techo,
recordando como lo arruino,
ella era tristeza,
inestable por donde la mires y tan segura a la vez,
duele tener para perder,
duele que no te quieran como vos queres,
y no dormía aunque sus ojos y cuerpo a gritos se lo pedían,
y no comía y eso también le dolía,
pero sonreía y se reía y salia,
esperando cada día que algo le deje de doler,
sin dejar de quererlo,
sin dejar de esperar que algo vaya a cambiar,
todavía sigue lamentándose de noche,
y llorando un poquito tal vez,
pero recordando lo feliz que fue.