Lo hermoso del caos es que es extraordinariamente necesario.

       como llorar para no ahogarse, 
       como gritar para sacar algo de fuego y que queme menos.

No hay que temerle, hay que disfrutarlo,
y con el, caminar más lento,
sensibilizandote ante cualquier movimiento,
          (tuyo o del mundo.... casi siempre tuyo)

y ante silencios agudos,
y ojos hinchados,
y ante la lluvia, que es mucho más profunda desde esa vista,

Con el caos también vestirse vulnerable, débil, frágil.
               y romperse entero para armarse.... y amarse.

           -amarse-
                  sin estar fragmentado,
  con moretones por todos lados,
            con la cabeza quemada y el cuerpo cansado,
   

Somos maravillosos cuando pensamos que no podemos, y cuando nos creemos capaces de todo.
si somos bolita en la cama hasta que oscurece o si nos llevamos el día por delante, no importa...
no importa si nos duele la garganta por contener palabras o la mandíbula de tanto reír,
no importa si nuestra oscuridad es mas intensa que la noche o si nos sentimos iluminados... solo porque si.


Tenemos que amarnos, porque no tenemos donde más ir,
somos solo uno y para siempre va a ser así,
somos nuestro hogar, 
y aunque a veces nos sintamos lejos de nuestro ser,
gracias al caos siempre estamos más cerca que ayer.